Lic. Griselda Geuze

La comunicación implica el ida y vuelta con el mundo que nos rodea, incluyendo al lenguaje, las conductas, el aprendizaje y las emociones. 

La comunicación es un proceso que comienza desde el embarazo cuando la madre entra en contacto con su bebé, sintiéndolo, hablándole, descubriéndolo desde las sensaciones.

Luego del nacimiento, el niño es un sujeto en pleno aprendizaje, en plena comunicación.  Durante los primeros 3 meses reacciona a los sonidos, se calma o sonríe cuando le hablan, comienza a emitir algunos sonidos, como el tan conocido “ajó”, y llora de modo especial, según la necesidad que tenga.

Entre los 4 y los 6 meses sigue los sonidos con los ojos, responde a los cambios del tono de voz, reconoce objetos que producen sonidos, presta atención a la música y comienza con los primeros balbuceos cuando está solo o jugando con otra persona.

Es a partir de los 7 meses, hasta el año, que aparecen nuevas conductas como  aplaudir y esconderse. A esta edad mira hacia donde provienen los sonidos, escucha cuando se le habla, entiende las palabras más comunes como “mamá”, “papá”, “agua” y hace balbuceos más largos hasta emitir su primera palabra. Comienza a usar gestos y, llegando al año, dice sus primeras dos o tres palabras.

Entre el año y los dos años conoce las partes más comunes del cuerpo, sigue órdenes con “dame y toma”, disfruta de cuentos y canciones, señala dibujos de un libro, adquiere nuevas palabras cada día. Al principio usa una lengua especial que es la jerga y luego la va dejando de lado para comunicarse con palabras y armar sus primera oración de dos componentes.

En el período de 2 a 3 años surge la explosión del lenguaje.  Adquiere mucho vocabulario y sus frases son cada vez más largas.  Este niño comienza a hablar de modo que se hace entender por los miembros de la familia y amigos.  Nombra objetos para pedirlos y usa su lenguaje para comunicarse.

La comunicación se hace más rica cada día a través del juego y las interacciones con pares  llegando entre los 3 y 4 años.  Ya es capaz de producir todos los sonidos de la lengua, aunque aún puede decir algunos mal En esta etapa además,  puede contestar preguntas lógicamente con “quién”, “qué” , “dónde” y “por qué. Las oraciones ya tienen mas de 4 palabras y habla con facilidad.

Finalmente entre los 4 y los 5 años, el niño es capaz de prestar atención a un cuento corto y contestar preguntas referidas a él. Escucha y entiende la mayoría de lo que se le dice en casa o en la escuela. Usa oraciones más ricas en detalles, relata cuentos manteniendo el tema, se comunica fácilmente con otros niños y adultos.  Reproduce la mayoría de los sonidos correctamente, nombra letras y números, usa una gramática de adultos.

Si bien la ASHA (American Speech, Language and Hearing Association) nos brinda esta información sobre lo que sucede en el desarrollo de la comunicación año a año, hay niños que necesitan más tiempo para adquirirla.  Cuando hablamos de más tiempo nos referimos a 3 o 4 meses más. Si no lo logra es importante hacer una evaluación neurolingüística para conocer si existe un problema o no y atenderlo tempranamente.  La evaluación neurolingüística es la UNICA forma de determinar si existe o no un problema.

Como dijimos al principio, la comunicación es un proceso que se da en interacción con otros aspectos como la adquisición del lenguaje, el desarrollo de las emociones, el aprendizaje y las habilidades sociales,   por lo tanto un problema de comunicación no atendido a tiempo impacta en todas las áreas, conllevando trastornos mayores. 

La derivación a tiempo y la detección temprana ayudan en la calidad de vida de los niños.