Lic. Griselda Geuze

Debido a una variada cantidad de causas, suele suceder que tanto los padres como las madres se les dificulte brindarle a sus hijos un apego seguro. Esta situación puede darse por razones vividas por los progenitores y  también, en algunos casos en niños con desafíos en el neurodesarrollo, como respuesta para cumplir con las necesidades del hijo. En ambos casos se da lugar a un apego inseguro, impactando en los niños, ya sea aumentando sus dificultades o generándolas.

Para modificar ciertas conductas durante la primera infancia, muchas veces es importante trabajar sobre el vínculo del niño con sus progenitores y cambiar aspectos de un apego inseguro recibido para, tras la intervención terapéutica, llegar a un apego lo más próximo al apego seguro.

En el consultorio, es común recibir madres y padres que consultan porque sus hijos presentan conductas disruptivas, retrasos del lenguaje, retrasos en algunas áreas del desarrollo, especialmente en la comunicación y el área adaptativa,  hasta a veces un presuntivo diagnóstico de autismo o trastorno del espectro autista. Ante esta situación es necesario investigar el tipo de apego que está recibiendo el  niño y cómo fue el que recibieron los padres. 

Es necesario un espacio especial para dar lugar al despliegue de esa información, y un esquema de desarrollo determinado para la detección del apego y su adecuada intervención. No todos los niños que reciben un apego inseguro pueden abordarse de la misma manera, como así tampoco los padres.

Recogida la información inicial y realizada la evaluación de screening del niño, se evalúa el tipo de apego que éste recibe, a través de un seguimiento del desarrollo del apego tanto en el hijo como en los padres, y una sesión de juego específica de detección vincular.

Antes de iniciar con cualquier tipo de planeamiento terapéutico es  importante hacer un diagnóstico diferencial con el niño a través de una evaluación interdisciplinaria donde se contemple la investigación de todo su desarrollo, se conozca su potencial y  se puntualicen los déficits a trabajar.

En los casos de evidenciar un apego inseguro, que no ha permitido una evolución segura en el niño colaborando en la aparición de síntomas, o asimismo, que ha aparecido como consecuencia de las reacciones del hijo, se debe realizar este tipo intervención hacia un apego seguro . A este proceso se lo llama Terapia en la Regulación del Apego o, por sus iniciales, TRA.

 La TRA se encuentra como base en el diseño terapéutico de tipo molecular del Método InPRONT®.

Para llevar a cabo una terapia de regulación del apego es menester la previa detección de los puntos que favorecen a que no se dé el apego seguro como así también, la determinación del esquema de abordaje y la identificación de los reforzamientos con los padres.

La TRA debe ser siempre realizada por profesionales formados y certificados. Este tipo de intervención se sugiere aplicarla durante la primera infancia, aunque a veces, es también efectiva en niños más grandes.

Esta terapia se realiza en simultaneo con la atención del niño, pero es una intervención que apunta a la madre y al padre (o a la figura de apego) y no al niño de manera directa. Obviamente se verá favorecido y los resultados terapéuticos se evidenciarán más rápidamente.

La Terapia de Regulación del Apego se realiza dentro del encuadre terapéutico en conjunto con los abordajes necesarios que el niño necesite de manera inter y transdisciplinaria.