Lic. Griselda Geuze

Las sociedades de pediatría han detallado de diferentes maneras el curso del desarrollo del niño para esta edad. Es importante estar atentos a estos hitos del crecimiento para acompañar a los chicos con los estímulos adecuados y también para detectar a tiempo cualquier dificultad o retraso que pudiese existir y así poder consultar al pediatra y al especialista.

Esta es una etapa de mucho movimiento y de grandes investigaciones, por lo que hay que tener en cuenta la seguridad en el hogar y en los cochecitos de paseo.  El bebé tiene un mundo nuevo para entretenerse por lo que requiere supervisión permanente del adulto y enriquecerse a través de los juegos que el medio ambiente le provee.

Ya comienza a reconocer las caras familiares y a darse cuenta si alguien es un desconocido. Le gusta jugar con los demás, especialmente con sus padres.  Responde ante las emociones de otras personas y generalmente se muestra feliz. Le agrada mirarse en el espejo y se parlotea.

Reacciona a los sonidos produciendo otros, de a poco, es capaz de unir varias vocales cuando balbucea y empieza a emitir la “m” y la “b”. Le gusta hacer emisiones por turno con los padres, como si dialogara. Se expresa para demostrar alegría o descontento.

Observa a su alrededor lo que está cerca. Se lleva las cosas a la boca. Demuestra curiosidad sobre los objetos y trata de tomar los que están fuera de su alcance. Comienza a pasar juguetes de una mano a la otra.

Se da vuelta para ambos lados (se pone boca arriba y boca abajo) y logra sentarse sin apoyo. En posición de gateo, se mece hacia adelante y hacia atrás, e inicia el desplazamiento hacia atrás y luego hacia adelante y así inicia el recorrido hacia el nuevo mundo que no se le había ofrecido, es por esto que es muy importante tener todo bajo control lo que esté al alcance del niño.

Si bien algunos niños tardan un poco más que otros, cada aprendizaje sirve de apoyo para el siguiente, uno es base del otro y es dentro del marco de cada edad que se deben observar las conductas esperables.  Cuando esto no ocurre, se deberá consultar de inmediato con su pediatra y derivar a un especialista para el diagnóstico y el tratamiento.

La detección temprana y su atención previenen problemas mayores y cambia la calidad de vida del pequeño.