Los chicos y la vuelta a la escuela

Los chicos y la vuelta a la escuela

Lic. Griselda Geuze

El regreso a la escuela tras el aislamiento por COVID – 19 está generando sentimientos encontrados en los niños y en sus familias, por lo que es sumamente necesario crear un clima de seguridad para los chicos y una buena comunicación entre padres y docentes.

El entusiasmo y la ilusión ante la noticia de volver a ver a sus amigos, de jugar, de visitar su escuela y de reencontrarse con su docente suelen verse acompañados, en muchos niños, de ansiedad, miedo, angustia y estrés, impidiéndoles el disfrute del reencuentro.

El aislamiento social ha traído consigo mucha incertidumbre también en los chicos. Asimismo, el cambio de rutinas, la información excesiva sobre el coronavirus y el mismo miedo de los padres son generadores de sentimientos de inseguridad en los niños. Algunos pueden ponerse más inquietos, más agresivos, y enojarse con mayor facilidad ya que les cuesta expresar sus sentimientos, por lo que los padres deberán estar atentos para acompañarlos a transitar esta situación de la mejor manera posible.

El niño ha estado privado de una parte muy importante para su sano desarrollo, que es la socialización con sus pares. Este regreso a las entidades escolares ofrece la posibilidad, no sólo de retomar la socialización y el juego con pares, sino también, de aprender a ser más autónomo para su propio cuidado y de desarrollar sus capacidades psicomotrices, lingüísticas, de comunicación, de aprendizaje y de interacción social, por lo que es clave que los padres refuercen la idea del regreso a clases.

Sin bien el miedo a contagiarse sigue vigente y no se desvanecerá hasta que la pandemia esté totalmente controlada, es importante entender que el riesgo cero de contagio no existe ni aún dejando a los niños dentro del hogar ya que los adultos deben salir para trabajar, relacionarse, hacer las compras, etc. Por otro lado, y como contrapeso, sabemos de la necesidad de la socialización como parte necesaria del desarrollo psíquico del niño. Frente a esta situación, lo primero que deben hacer los docentes es informar a los padres cómo será el regreso y cuáles serán los cuidados de prevención que se tendrán dentro de la institución y con cada niño, de manera tal que los padres puedan estar más tranquilos y confiados y transmitirles a sus hijos esta confianza. Es una situación nueva para todos por lo que la información cautelosa y detallada los ayudará a sentirse más tranquilos y a bajar los niveles de ansiedad e incertidumbre pudiendo ser mejores receptores para acompañar a los más pequeños.

No obstante, siempre hay que tener en cuenta que aquellos niños a los que les cuesta la separación de sus padres les tomará más tiempo adaptarse a este reinicio. La paciencia y las palabras empáticas y amables entre padres y docentes, y entre adultos y niños facilitarán la readaptación.

¿Cómo pueden ayudar los padres a sus hijos?

  • Anticiparle lo que va a suceder
  • Preparar juntos el equipo para llevar a la escuela
  • Comentar los aspectos positivos de volver a la escuela, por ejemplo: jugar, encontrarse con amigos y con la maestra, aprender cosas nuevas.
  • Entender el nerviosismo de su hijo y tranquilizarlo generando espacios de diálogo para que se pueda abrir y comentar sobre sus emociones.
  • No ser alarmante.
  • Medir la propia ansiedad y seguridad
  • Mantener la calma, ya que los niños son como “esponjas” y absorben todo.
  • Transmitirle confianza.
  • Darle información clara y para la edad.
  • Responder a las preguntas del pequeño.
  • Insistirle en los cuidados de prevención.
  • Reducir contactos sociales que no sean necesarios para priorizar los de la escuela.
  • Tenerle paciencia.
  • Escucharlo y no desestimar sus sentimientos, tampoco asustarse.
  • Generar espacios de juego y comunicación en casa para darle lugar a los chicos a que se expresen.
  • Rearmar las rutinas de sueño, baño, comidas y ocio en el hogar.
  • Si el niño tiene miedo a contagiarse, mostrarle los recursos que tiene para evitarlo como el lavado de manos, el distanciamiento, el uso del tapaboca.
  • Abrir los canales de comunicación con la escuela.

¿Cómo pueden colaborar los docentes?

  • Saber que los niños están ansiosos con la vuelta a clases.
  • Informar a los padres sobre los cuidados que toma la institución en general y con el alumno específicamente. Los padres tienen miedo y no quieren que su hijo se contagie.
  • Usar el juego para revincularse.
  • Incorporar técnicas de mindfulness para tranquilizar al grupo.
  • Tener mucha paciencia, los niños han estado “pegados a sus padres” durante 8 meses.
  • Entender que hay muchos chicos que además tienen miedo a no saber tanto como sus compañeros.
  • Comprender que algunos niños estarán más ansiosos porque no estarán en el grupo con sus amigos.
  • Apoyarse en el equipo pedagógico de la institución para el uso de estrategias.

Este es un momento nuevo para docentes, padres y niños. El cuidado, la responsabilidad, la paciencia, la tranquilidad, la comunicación, la escucha y la confianza serán los pilares necesarios para una mejor convivencia e interacción entre la escuela y las familias, propiciando un mayor bienestar y una mejor calidad de vida en los niños.

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